Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te
angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con
mi diestra victoriosa. Isaías 41:10
Recuerdo aquel día en el cual me sentí sin fuerzas para
luchar, fue un día muy difícil para mí, no solo me sentía triste y preocupada
sino que mis tribulaciones parecían ser tan grandes que no habría manera de
salir de ellas, toda mi confianza en Dios había desaparecido en ese momento.
Para despejar mi
mente tome tiempo para ir a caminar y me puse a platicar con Dios. Esos 15
minutos de caminata se hicieron muy extensos. Mientras caminaba miraba a mi
alrededor los árboles, el verde pasto, el hermoso sol que alegraba el día, todo
a mi alrededor era perfecto, era un ambiente propicio para sentirme feliz, pero
no podía hacerlo pues no lograba depositar todas mis aflicciones en el creador
del aquello hermoso que me rodeaba.
Cuando ya regresaba de mi caminata vi volar frente a mí
una mariposa. No puedo decir que ha sido la mariposa más hermosa que he visto,
pero me llamo la atención su color, era un color café oscuro y se detuvo
justamente frente a mí. Así que pude verla más detenidamente y fue cuando me di
cuenta que tenia sus alas rotas.
Una de las alas estaba mas rota que la otra, quise
acercarme mas para verla mejor pero la mariposa salio volando y volaba cerca de
mi.
Lo primero que pensé, ¿Cómo una mariposa puede volar con
las alas rotas?, ¿Cómo puede continuar su vida a pesar de estar lastimada?. ¿Sentirá
dolor, se sentirá incompleta, que fue lo que paso para que sus alas estén rotas?;
en fin empecé a elaborar muchas preguntas a las cuales Dios me dio la
respuesta.
“Si la mariposa vuela es por que yo así lo quiero, es por
que yo tengo el poder para que eso suceda.” Esa fue la respuesta de Dios.
Me quede sorprendida de recibir esa respuesta así que rápidamente
pensé en mi vida, en como me sentía en ese momento. Yo también tenía las alas
rotas, estaba llena de preocupaciones y no tenía las fuerzas para luchar. Y
nuevamente Dios me dijo, “si yo puedo hacer volar a esa mariposa con las alas
rotas, tu también puedes volar a pesar de que estas lastimada, a pesar de que
sientes que ya no puedes más, solo deja que yo sea el que te lleve al lugar
donde te tengo que llevar.”
No pude contener mis lágrimas de la alegría, Dios me
estaba diciendo que a pesar de las situaciones difíciles por las cuales yo voy
atravesar El estaría conmigo y me llevaría de su mano.
Hoy Dios también te habla a ti, y te dice no importa cuan
lastimada o desanimada estés, deja que Dios te haga volar con tus alas rotas.
Teresa Bonilla
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